Este es el primer artículo para este blog y como no podía ser de otra manera, decidí empezar por los hábitos cotidianos. Esas pequeñas acciones que, aunque a veces parezcan insignificantes, determinan quiénes somos y en qué nos convertimos.
Mi experiencia con el cambio de hábitos
Los hábitos han sido una pieza clave en mi propio camino de desarrollo. No ha sido fácil encontrar rutinas que realmente me funcionen, pero al dedicar tiempo y esfuerzo, descubrí cómo pequeños cambios pueden marcar la diferencia. No se trata de perfección, sino de encontrar lo que funciona para cada uno y ser constante.
A lo largo de mi camino personal y profesional, descubrí que los hábitos son la base sobre la cual construimos nuestras vidas. A menudo, subestimamos el poder de las pequeñas acciones que realizamos diariamente. Sin embargo, son estas pequeñas acciones las que, acumuladas en el tiempo, pueden llevarnos a grandes transformaciones.
Como Coach, trabajo en mis propias rutinas diarias para maximizar mi productividad y bienestar. Al hacerlo, me doy cuenta de que el verdadero cambio no proviene de grandes decisiones, sino de la constancia en nuestros hábitos. Cada mañana, al despertar, tengo la oportunidad de elegir cómo quiero que sea mi día. Y es aquí donde entra la importancia de establecer hábitos que nos apoyen en nuestro crecimiento personal.
Tips de «Hábitos Atómicos»
Uno de los recursos más valiosos que encontré en mi búsqueda de mejorar mis hábitos es el libro «Hábitos Atómicos» de James Clear, quiero compartirte algunos consejos que pueden ser de utilidad:
- Comenzá con Pequeñas Cambios: Clear sugiere que, en lugar de intentar hacer cambios drásticos, comiences con pequeñas modificaciones. Por ejemplo, si querés leer más, empezá por dedicar solo cinco minutos al día a un libro. Esta pequeña acción puede transformarse en un hábito sólido con el tiempo.
- El Poder del Apilamiento de Hábitos: Una técnica que me ha sido muy útil es apilar hábitos. Esto significa asociar un nuevo hábito con uno que ya realizo. Por ejemplo, en mi caso el hábito de tomar mate por la mañana, lo acoplé al nuevo hábito de escribir las páginas de agradecimiento y luego revisar mi calendario. De esta manera, hice que el nuevo hábito fuera más fácil de recordar y ejecutar.
- Hazlo Atractivo: Para que un hábito perdure, debe ser atractivo. Encontrá maneras de hacer que la acción que deseas incorporar sea placentera. Si te cuesta hacer ejercicio, elige una actividad que realmente disfrutes y asócialo con algo que te guste, como escuchar música o un podcast inspirador.
- Monitoreá Tu Progreso: Llevar un registro de tu progreso te permite mantenerte motivado y consciente de tus logros. Utiliza un diario o una aplicación para seguir tus hábitos. La visualización del progreso puede ser una poderosa herramienta de motivación. A mi me sirve poner una tilde en el calendario que tengo pegado en la heladera, me motiva a completar los días siguientes.
- Creá un Entorno que Apoye tus Hábitos: Clear enfatiza la importancia de diseñar un entorno que facilite la formación de hábitos. Por ejemplo, si deseas comer más saludablemente, ten a mano frutas y verduras, y guarda las golosinas fuera de la vista. Un entorno que respalde tus intenciones puede hacer que el cambio sea mucho más sencillo.
Recordá que el cambio lleva tiempo y es un proceso gradual. La clave está en ser constante y paciente contigo mismo. Al aplicar estos tips, pude ver cómo los pequeños hábitos que implementé han tenido un gran impacto en mi vida. Te invito a reflexionar sobre tus propios hábitos y a considerar cómo pequeños ajustes pueden llevarte a resultados significativos.
La transformación comienza con lo que haces hoy, no con lo que prometés hacer mañana. Cada pequeña elección que hacemos define nuestro futuro.